En Twitter hice una breve dinámica (apenas una hora): por cada like que recibiera una determinada publicación, compartiría un dato curioso sobre «No hablaremos de muerte a los fantasmas». Paré en el 41 porque ya eran muchos. Se los comparto por acá, para quien le interese:
1. El libro tiene 24 cuentos en su versión impresa y 25 en la digital. El cuento número 25 es «Tumba de dinosaurios».
2. Si bien casi siempre mantengo el «país» implícito (no me gusta usar a México como un decorado), y no suelo utilizar referencias de la vida real, en «Tumba de dinosaurios» aludo a «los españoles» como los que conquistaron el país del protagonista, en clara referencia a México.
3. De los 25 cuentos, 19 los escribí en 1 mes, del 15 de febrero al 15 de marzo, exactamente, un par de días antes de que declararan encierro en Guadalajara.
4. De los 6 restantes, 4 los escribí en un fin de semana, también el año pasado, en agosto, meses después de los cuentos originales: la crónica fantasma, el cuento de la anósmica, el del superhéroe y el de las dos madres.
5. Originalmente me propuse que todos los cuentos tuvieran exactamente 3 cuartillas, así que tuve que idear un método para escribir esas historias en tan breve espacio (un método y una estructura subyacente, aunque en sí muchos cuentos sean estructuralmente distintos).
6. El reto de las 3 cuartillas vino de la convocatoria del Premio Nacional de Cuento Julio Torri. Hablaba con Daniela sobre el premio, ella me dijo que qué se podía contar en 3 páginas, así que todo el tiempo tuve en mente asegurarme de contar una historia en cada uno.
7. El libro, con sus 19 cuentos, no ganó el premio en 2020, y eso me golpeó duro, porque en ese momento yo sentía que era mi mejor libro y para escribirlo tuve que cancelar todas mis reuniones que, por la pandemia, ya no pude retomar (aún no). Sentí que había perdido mi tiempo.
8. Entre los primeros 19 cuentos y los siguientes, trabajé en un proyecto de cuentos muy largos y muy 0 redondos, de robots, porque algo que no soporto es «repetirme» y quise hacer algo completamente distinto a los fantasmas (aunque hay un fantasma en esos cuentos).
9. Mientras escribía los primeros 19 cuentos, batallé mucho para concentrarme porque aparte de mi trabajo, estaba ayudando a un grupo de alumnas a reportar-denunciar y seguir el proceso por acoso, que están sufriendo. Había días que desayunaba hasta las 2 pm, al volver a mi casa.
10. Casi todos los primeros 19 cuentos los escribí con dolor de cabeza, por lo descrito en el punto anterior.
11. En ese mes, dormía de 3 a 4 horas, porque me tenía que levantar muy temprano (a las 5:30) y casi siempre terminaba de escribir después de la 1. Así que constantemente revisaba y re-revisaba los cuentos, porque temía que por el sueño se me hubiera pasado algo.
12. Si bien no me gusta Borges, hay dos cuentos que tienen inspiración en su imaginario: El Aleph está escondido en los ojos de los peces, y Libros para fantasmas.
13. Originalmente, «Libros para fantasmas» eran 3 cuentos breves de 1 cuartilla: uno sobre reglas fantasma, otro sobre viejas costumbres, y uno más del niño y el librero. Al leerlos uno detrás del otro, noté que eran una sola cosa y los reescribí como 1.
14. El cuento El Aleph está escondido en los ojos de los peces está inspirado, aunque parcialmente inconsciente, en mi admiración por Aura Estrada, y la tristeza que me dio saber que murió tan joven, con sus mundos aún escondidos en ella.
15. Varios de los cuentos de mi libro dialogan de una u otra forma con Daniela : ya sea porque me la recuerdan (Eri, del cuento de la medusa, o la misma Aura); o porque directamente dialogo con alguno de sus cuentos. Mi obra y la suya, creo, dialogan todo el tiempo.
16. El cuento La vida se sostiene en pequeños actos de culpabilidad es mi favorito del libro, y es uno de los que más reescribí.
17. Como este año he sido más ensayístico y disperso, los dos cuentos de este año, Asunto: otra vez yo, lo siento, será la última, y Tumba de dinosaurios, son recuentos de múltiples pequeños elementos que configuran una trama, en lugar de cuentos «redondos» como los otros.
18. Soy parcialmente anósmico y mi mejor amiga lo es, así que el único cuento donde abiertamente me propuse «representar» a alguien fue ese. Nunca he leído un cuento de un personaje anósmico, y quise hacer uno.
19. La idea de hacer cuentos de fantasmas comenzó con la premisa de mezclar fantasmas v.s aliens, y la idea de un ensayo sobre si los fantasmas podían oler y sólo tenían eso. Ambas ideas acabé concretándolas en La membrana que nos separa del cosmos y Los remanentes del amor.
20. El cuento ¿Todavía lo amas? es mi tercer intento por escribir un cuento sobre una «novia» que fallece. El primero está en el baúl, y el segundo es Adiós, amor mío, que publiqué en Visor. Siempre pensé que podía hacerlo mejor, así que lo intenté de nuevo.
21. El libro se llamaba originalmente «Algo extraño está sucediendo entre los fantasmas y nosotros», pero a sugerencia de Noel, que tiene un excelente ojo para los títulos, me sugirió que el libro era como el que estaba lleno de prohibiciones, y de ahí el título.
22. Los cuentos que escribí en agosto: Los remanentes del amor, El tiempo de los héroes, Las dos madres y Muerte suspendida, los metí a concursar en los Juegos Florales de Lagos de Moreno 2020, y tampoco gané con ellos.
23. Originalmente «La vida se sostiene en pequeños actos de culpabilidad» ocurría en una fiesta, donde el fantasma se molestaba de ver que todos recibían a su clon como si fuera el original. Aunque lo descarté, retomé la idea de la fiesta en: «Asunto…».
24. La idea de la fiesta surgió de la cita de Gabriel García Márquez, donde dice: «Eres el único que no puede irse, me dijo. Sólo entonces comprendí que morir es no estar nunca más con los amigos.”
25. Para hacer el cuento Los fantasmas poseen una magia muy peculiar, leí artículos de la constitución mexicana, donde hablan de los pueblos originarios y la defensa de sus derechos cuando son vulnerados por los derechos de todos los demás. Para mí, los fantasmas eran un pueblo.
26. El cuento Muerte suspendida, está inspirado, en el estilo, por dos crónicas: Un hombre ha muerto de muerte natural, de Gabriel García Márquez, y El señor de las hojas, de Daniel Centeno Maldonado. Ambas, crónicas de la muerte de un artista: Hemingway y Nick Drake.
27. El cuento También hay certidumbre en desaparecer es mi cuento religioso del libro. Específicamente, mi cuento con tintes católicos. En todos mis libros hay un cuento así: o Dios es un cadáver que flota en la luna, o a un niño le salen estigmas por sus vecinos… Siempre uno.
28. Los últimos cuentos que escribí (en febrero de 2020, en agosto y este año) son: La membrana que nos separa del cosmos, Las dos madres y Tumba de dinosaurios.
29. La versión en inglés de La vida se sostiene en pequeños actos de culpabilidad, casi sale publicada en la revista Savan-Garde. Las dos madres fue rechazo en Fireside, y Tecnologías del aislamiento saldrá en una revista pronto.
30. Una versión muy primigenia del cuento Tecnologías del aislamiento aparecerá en el número de Río Grande Review, de la Universidad De El Paso.
31. Tecnologías del aislamiento fue el único cuento que escribí ligeramente inspirado por la pandemia, y sólo porque en Guadalajara nos sometieron a un encierro que parecía ley marcial -literalmente, una persona murió por no traer cubrebocas.
32. En otros proyectos míos también suele haber un cuento de «maestro malvado»: en mi primer manuscrito, les dispara a sus alumnos para mostrarles que ya no pueden morir; en el tercero, abusa de un alumno; en este último, los tortura haciéndolos ver fantasmas.
33. La primera vez que escribí un cuento de profesor malvado yo era alumno, y lo escribí viendo al docente como una figura amenazante. Ahora los escribo sabiendo que tengo que estar alerta por si algún alumno tiene los signos que yo describo, pues será señal segura de abuso.
34. En mis epígrafes cito a Rulfo, no por el asunto de los fantasmas, sino porque me dio la seguridad de hacer párrafos de una línea, repetir muchas veces una palabra (él usaba «Y»; yo «entonces») y crear imágenes que se fueran nutriendo entre cuentos.
35. Una de las imágenes que más trabajé fue la de la luz-estrellas-calor, elemento que de entrada pensé porque casi siempre asociamos los fantasmas con la sensación de frío, y quise invertir eso.
36. Hubo cuentos que se quedaron en el tintero, que no hice, pero quizá haga algún día: el de una huelga fantasma encabeza la lista.
37. Gen fantasma es mi homenaje a El zoo de papel, de Ken Liu. Ahí el hijo desprecia a la madre luego de conocer su pasado y se aleja de ella. Yo escribí una versión donde la niña quiere tanto a su madre, incluso sin haberla conocido está dispuesta a irse con ella al morir.
38. La idea del libro surgió a partir de Crónicas Marcianas, de Bradbury. Me dije a mí mismo que podía contar unas crónicas fantasmas. Él lo publicó a sus 30, yo igual. Fue su segundo libro, yo… casi igual (plaquette y libro). Me siento muy alegre de la coincidencia.
39. Hace años soñé que en la muerte múltiples versiones de mí se aglomeraban en una especie de cristal de millones de caras, a donde volvía cada alma como una simple proyección del cristal. Aunque no retomé el cristal, sí lo de las múltiples versiones, en Hacer las paces contigo.
40. Como no me gusta repetirme, traté de todo: un cuento es una falsa crónica, otro es un alegado a un juez, hay uno de terror, una conversación telefónica, un correo electrónico, etc…
41. Hay cuentos que tratan de resolver conflictos propuestos por historias anteriores, o muestran el lado B de la problemática, algo como la dialéctica Hegeliana. Por ejemplo, si se leen en orden ¿Todavía lo amas?, Los remanentes del amor y A las estrellas, «algo se resuelve».